Algunos meses adelante, estaba yo con un grupo de compañeros afinando detalles para la entrega de un proyecto, decidíamos ya los últimos temas, por tanto no había ya demasiada presión, uno de los integrantes del equipo, decidió poner un poco de música para hacer más ameno el momento. Era un chico raro, extrañamente atractivo, tenía un cuerpo bien definido a pesar de que odiaba el ejercicio. Su voz aguda, pero no molesta. La mayoría de las veces se le veía callado en su lugar, eran raros los momentos en los que sonría y más en los que se reía abiertamente. Tenía ojos claros. Podría haber sido el más popular durante la universidad si él lo hubiera querido, sin embargo no fue así, era demasiado reservado, no levantaba envidias, era sencillo. De pronto entre sus canciones apareció una que me pareció muy simpática, con un ritmo alegre, y la voz del cantante muy relajada. <<Me amo como soy>> decía la canción, me pareció bastante interesante, nunca había escuchado una canción con algo por el estilo, le pregunté por el cantante después de haber terminado con la reunión, <<Jaime Kohen>> me dijo sin interés, le pedí que lo deletreara para poderlo buscar. En cuanto llegué a casa lo busqué en internet, “Alguien” ese era el título. Llamé a Abril en seguida.
-Tengo una canción que te va a encantar, escúchala – Le puse la canción por el celular, no mostró demasiado interés, pero yo sabía que le gustaría.
-Es bonita, ¿Quién es el cantante? - Sentí que no le había causado el mismo efecto que causó en mí, así que dejé de insistir. Después de hablar durante aproximadamente cinco minutos colgamos el teléfono. Yo me dediqué el día en buscar canciones de este joven cantante, las repetía una tras otra sin cansarme. Y escuché una canción que me pareció extraordinaria, la escuché más de siete veces consecutivas, a la cuarta vez ya me la sabía de memoria. <<Dejémonos por amor>> Esa frase me tenía sorprendido, qué belleza de canción, <<Una canción digna de Agustín Lara>> decía yo. Busqué en internet el autor, y la mejor sorpresa: la canción fue escrita por el mismo cantante, quedé maravillado.
Algunos días después, Abril fue a mi casa, y puse este disco, podía ver su cara al escuchar cada una de las canciones.
-Es el chico que me pusiste la otra vez ¿verdad?
-Así es, creo que me he estado algo obsesionando.
Estuvimos platicando un poco, las cosas no andaban del todo bien entre nosotros, habían silencios largos, momentos incómodos. Habían momentos en los que discutíamos por situaciones realmente triviales, que no tenían una razón verdadera, simplemente era el hecho de discutir. Pero ese día simplemente había silencio, ella no decía y yo no decía nada, ni siquiera intentaba yo buscar algún tema de conversación, me limitaba a escuchar, hasta que apareció esa canción, le subí el volumen y le dije que la escuchara detenidamente. Me controlé, no quise cantar, quería que ella la escuchara, y así fue. Cuando terminó yo vi la un gesto de satisfacción en su cara, supe que le había gustado <<Es muy bonita>>. Desde ese momento ella compartió mi gusto por este cantante, a donde salíamos llevábamos sus canciones presentes. Era como si gracias a él hubiéramos rescatado un poco nuestra relación. En ocasiones pasábamos la tarde entera cantando o casi gritando sus canciones, eran momentos muy divertidos e inolvidables. Incluso en un tiempo solo era él nuestro tema de conversación.
No puedo decir haber recuperado lo que teníamos antes, esa conexión se perdía cada vez más. Yo busqué la manera muchas veces de rescatarlo lo poco que quedaba, pero ella no me lo permitía, el único tema que a ella le gustaba compartir conmigo era Jaime. Una noche decidí hacerle un detalle, es difícil que un hombre haga este tipo de cosas, sin embargo lo hice. Era su cumpleaños, pedí permiso en su casa para llevarla a unas pequeñas cabañas que están por el bosque de Cocoyoc, su madre aceptó después demucho tiempo, me había bromas absurdas, como <<No quiero que vayan a regresar a mi casa dos, me la cuidas>>, <<Mi hija es señorita, aunque no lo creas, así de fea pero señorita>>. Yo no tenía pensado acostarme con ella esa noche, simplemente quería estar a su lado. Llegamos a la cabaña por la noche, yo había llamado al bosque para que reservaran una cerca del río y donde pudiéramos encender una fogata y pasar una linda velada. Pagué a unas personas para que arreglaran la cabaña, pusieran manteles y más detalles. Pedí comida y vino, quería que fuera una noche especial para ella, que se diera cuenta de que aún era mi principal ilusión. Todo marchó en forma, puse el disco en volumen bajo, ella tarareaba cada canción y me miraba simpática, no cruzamos demasiadas palabras, pero yo la sentía a gusto. Hasta la cabaña se escuchaba el ruido del río y de la cascada, era un sonido muy bello y relajante, salimos un momento, encendimos una fogata y se recostó en mis brazos.
-Hay noches que valen realmente la pena – Me dijo dulcemente.
-Sí, para mí siempre que estoy a tu lado es una de esas noches.
-Estoy muy tranquila – Suspiraba y cerraba sus ojos – ojalá así fuera siempre, siento en mi pecho mucha felicidad.
Esa noche hicimos el amor. Nos metimos a la cabaña al terminarse el fuego, el frío nos obligaba a entrar. Yo me disponía a dormir, pero ella no lo permitió, comenzó a besarme y desabrochar mi camisa poco a poco. Yo sentía sus manos tímidas tocando mi pecho suavemente, simplemente me dejé llevar por el momento. Me desnudó por completo, era la primera vez que yo estaba así frente a una mujer, mis cuerpo temblaba, mis manos sudaban, estaba muy nervioso. Ella continuó, se desnudó y siguió besándome. Fue la noche más maravillosa de mi vida, a mis veinte años decidí entregar mi virginidad, no fue difícil, yo siempre había creído que esta era lo más valioso que tenía, y que si iba a entregarla a alguien debía ser alguien muy especial, alguien que en verdad la mereciera y no la tomaría por tomar.