Al final yo
era solamente su enamorado, uno más tal vez aunque estoy seguro que nadie
sintió por ella algo tan fuerte como lo que yo sentía. Siempre negué a todos
cuánto la amaba, me gustaba hacerles creer que era solo un amor de amigos,
aunque habían quienes siempre me cuestionaban, en especial su hermano <<Estás
seguro que no estás enamorado de ella>> me decía siempre, y yo fingía
total desinterés. Lo cierto era que ella era todo mi camino, todo mi rumbo,
ella era capaz de convertir un segundo en miles de horas o al contrario, cada
que no estaba presente o la veía pasar desde lejos, los minutos eran eternos, y
cuando al fin estaba a mi lado, así pasara todo el día, para mí no era
suficiente, empecé a darme cuenta que la necesitaba indirectamente, aunque ella
buscaba a alguien más, a otro caballero de mayor edad, entiendo que soy un poco
tonto, y que aún me falta mucho por conocer pero por ella estaba dispuesto a
dejar esta imagen.
Recuerdo
bellos momentos en los que la soledad me atrapaba, y es normal en un chico de
18 años, y sin quererlo ni saberlo ella aparecía en mi vida, me decía cosas
hermosas y me ayudaba a salir de esos espacios blancos. Recuerdo también cuando
ella se sentía triste y me buscaba, al ser ella una chica tan guapa, muchos
hombres la buscaban por interés y jugaban con ella, desafortunadamente nunca
supo diferenciar esas cosas y entregaba el corazón a todos, a todos excepto a
quien estaba dispuesto a recibirlo y cuidarlo, excepto a mí. Me buscaba llorando,
pidiéndome consejos, yo la abrazaba y le hacía sentir que todo estaría bien, y
así era hasta que conoció a ese hombre mayor, no llegaba tal vez a los 25 años,
pero a ella le parecía muy interesante. Él la lastimaba con frecuencia y ella corría
a mí a consolarse, más de una vez terminó con esa relación y por una extraña
razón algo los unía. A mí me mataba el saber que le volvería a hacer daño. No
había momento que más odiara que cuando la veía vertir sus lagrimas sobre mi
hombro.
Aún recuerdo
el día que no soporté más y le dije lo que sentía, ella me llamó porque
necesitaba contarme algo importante que le había sucedido con "el otro". Cuando
comenzó a contarme, sentí que las estrellas caían a cachos sobre mi, rasgando
mi piel una a una. << ¿Te irás con él?>> Eso parecía, ella me
abrazó y no soporté el llanto.
- ¿Sabes
algo? – solté sin pensar más – Hay ocasiones en las que quisiera que si me
llamaras no fuera para hablarme lo mal que lo pasan, y yo te sirva para
desahogarte, te diga lo maravillosa que eres, todo lo que vales, y mañana estés
con él de nuevo.
- ¿Pero qué
te pasa? – Dijo con cierta extrañeza.
- Me pasa,
que no soporto más. No sé cómo no te das cuenta que mi corazón se parte cada
que estás con él. Que mi respiración me falta cuando me platicas que haces con
él lo que jamás podré hacer contigo. ¿Sabes? Me gustaría que un día me llamaras
y por primera vez me dijeras que es porque me necesitas, porque me quieres.
Ella
permaneció en silencio, mirándome fijamente, yo sentía una sensación en mi
cuerpo inexplicable, salí de ese lugar, la dejé ahí sin haberla escuchado.
Corrí al baño y me encerré a llorar en silencio. Apretaba mis puños, mis ojos. No podía entender ¿porqué no era yo lo que ella buscaba? Yo tenía muchas amigas
dispuestas a lo que yo les propusiera, pero mi vida estaba atada a la de ella.
Hoy pasan
todos esos momentos en mi mente, aquí frente a su tumba, a punto de ser llevada
algunos metros hacia abajo, y mi corazón acompañándola. Miro a su hermano, a su
madre desconsolados, y a ese, que tanto la lastimó dejando un ramo de rosas
enorme sobre ataúd, y yo con solo una pequeña flor, pero tal vez en esa flor
estaba entregando más de lo que todos podían imaginarse. Caminé al féretro y la
puse sobre él, mi llanto no pudo ocultarse y comencé a sacar todo lo que tenía
adentro, no sé si lo llevé a eso también, pero ese hombre “el otro” comenzó a
llorar a mi lado, repitiendo muchas
veces <<Mi amor, te amo>>. Y yo en silencio las repetía con él. Me
jaló del brazo y me abrazó fuertemente. Y así despedí al ser que más me hizo
sentir en mi vida, al ser de quien me enamoré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario